El ladrillo es uno de los materiales que más resiste en las cocinas, pues no es tan delicado ni sucio como el vidrio, acero, azulejos, etcétera. Sin embargo, en casas diminutas, y de manera más especifica en cocinas pequeñas, se huye un poco a este material porque se le considera muy sólido, pero obscuro y opaco.
Si ese pensamiento lo compartes tú también, permanece con nosotros que estamos por mostrarte más de una docena de maneras para que incluyan ladrillo en tu cocina sin importar lo pequeñita que sea.
En esta primera idea te invitamos a analizar bien tu cocina con el propósito de que detectes las áreas, que por su profundidad o su cercanía al piso tienden a poseer poca iluminación. Esto te lo pedimos porque será ahí donde puedas tener ladrillo sin temor a que obstruya los rayos de luz.
Otra opción fenomenal para gozar de ladrillo en tu cocina radica en colocarlo en la pared principal, es decir, aquella que es más grande y luce con mayor potencia. Sólo ahí, te aseguramos que no necesitarás poner ladrillo en otro lado.
No dejes que el ladrillo de tu cocina resalte de más o se podría ver fuera de lugar, ayuda a incluir con los muebles, coloca varios cerca de la pared donde pongas tu ladrillo y busca que estos posean la misma gama cromática.
Si no dejas que el ladrillo sea el único material en tu cocina, lograrás que la habitación no se vea tan igual y se potencialice su pequeñez, pues la vista no podrá definir límites si hay una mezcla de texturas y colores.
O porque tiene mucho color o porque su textura es impactante, con frecuencia las paredes con ladrillo no son decoradas, pero eso es el peor error, no se debe aislar del embellecimiento, sino además de mostrar una cocina pequeña se mostrará una cocina descuidada.
Si tu cocina no tiene grandes dimensiones a lo ancho pero sí a lo alto, usa el ladrillo para destacar ese aspecto. Esto lo puedes logran si no cubres todas tu paredes con este material, sólo en las áreas que llegan más alto.
Ahora concentra tu interés en la esquina más profunda de tu cocina, ahí coloca el ladrillo. El resto de la habitación ábrelo con ventanales, o tíñelo de un color claro.
En las cocinas sumamente abiertas o que forman parte de una terraza, el ladrillo es capaz de hacer maravillas. En estos lugares puedes ocuparlo por todos lados, su color lejos de oscurecer dará mucho resistencia y vista.
Mas allá de identificar el lugar donde exista cabida, busca qué área de tu cocina requiere mucha resistencia, ahí se adecuará de maravilla el ladrillo, por ejemplo cerca de tu cocina y horno.
Si la anterior manera de incluir ladrillo logró cautivarte, aquí te mostramos una similar, sólo que no hay solidez únicamente en el área de asado, ¡también está en la chimenea!
Una cocina pequeña teñida de blanco disimula muy bien sus estrechas dimensiones, pero si no existe contraste se puede tornar fría y plana. Para una situación así un poco de ladrillo sería fenomenal, ¿no lo crees?
Una pared con ladrillo en una cocina, no importa lo pequeña que sea, lucirá mucho mejor si se le ayuda con luz. Entonces, si quieres asegurar que el ladrillo lucirá bien en tu casa, ya sabes con que acompañarla.
Un poco de frialdad en la cocina requiere un poco de calidez para que exista un equilibrio en el lugar, aspecto valioso sobre todo en lugares diminutos, pues ahí no hay mayores distracciones. Así, un poco de ladrillo rojizo con azul, verde, morado, hará una grata combinación.
Si tienes una cocina pulcra con texturas lisas y perfectas, el ladrillo podría ser el elemento perfecto para contrastar un poco, porque la rugosidad la representa muy bien.
Finalmente te exhortamos a usar el ladrillo en tu cocina pequeña para diferenciar las áreas con las que cuentas en la habitación, pues si todo es de un mismo color y material, la atmósfera se cerrará en sí misma y se mostrará aún más estrecha.